La capitalización de mercado de BUSD sigue en caída libre. La batalla regulatoria entre la SEC y Paxos (sin olvidarnos del NYDFS) ha supuesto un desplome de más del 60%. Queda lejos el ATH de 2022, cuando la capitalización superó ligeramente los 23k millones de dólares.
BUSD sigue manteniendo la paridad a 6 de marzo de 2023, pero su capitalización se encuentra por debajo de los 8.7k millones de dólares. Ni siquiera se encuentra en el top10, al que había entrado con fuerza, especialmente tras el baneo en Binance del resto de stablecoins (salvo USDT).
Paxos se encuentra en una situación que define bien el panorama estadounidense en materia de activos digitales. Los reguladores locales se encuentran en plena temporada de caza, llevando ante los tribunales a cualquier compañía que huela a cripto o, simplemente, amenazando con tomar medidas.
La SEC está prestando especial atención a las stablecoins, que se han convertido en un pilar fundamental del criptomercado. Gensler y compañía las consideran valores, algo que la comunidad no termina de comprender. La tensión en el sector es obvia, y la incertidumbre sobre el impacto, no solo en Binance, sino en todo el criptoespacio, empieza a pesar en el ánimo de la comunidad.
La guerra ha sido abiertamente declarada después de que Gensler dijera públicamente que todas las criptomonedas son valores (excepto Bitcoin). En este sentido, Adam Cochran señala que la SEC considera a Binance un exchange que gestiona valores sin registrar, siendo BUSD uno de ellos.
Según Cochran, Zhao tiene dos opciones. Binance puede llegar a un acuerdo con la SEC o enfrentarse a una investigación. Señala que la primera opción supondría un precedente para los reguladores, que verían una puerta abierta para presionar a las compañías del sector. Además, sería una opción que afectaría al trato que Binance y Voyager tienen sobre la mesa.
Por otra parte, negarse a negociar con la SEC podría dañar la imagen de Binance. Una investigación en profundidad, con los reguladores observando de cerca cada movimiento, podría ser fatal en muchos aspectos.
Para David Kemmerer, CEO de CoinLedger, la cuestión sobre la naturaleza de BUSD (y, en general, de todas las stablecoins) es otra variable a tener en cuenta. La presión regulatoria se incrementaría si el “dólar de Binance” se definiera legalmente como un valor, obligando al exchange a cumplir con normas estrictas.
Paxos niega que sea un valor, pero ha preferido acatar la orden del NYDFS y ha dejado de minar BUSD. Por su parte, Zhao no se ha dado por vencido: Binance seguirá defendiendo su stablecoin. A Kemmerer, no le sorprende. BUSD se ha convertido en un componente central del negocio de Zhao. Su caída podría dañar significativamente al exchange.
En realidad, todo el sector se vería afectado. No solo por la exposición a Binance, sino por lo que significaría que la SEC acabara con una de las principales stablecoins. El efecto dominó podría ser imparable, alentando a los reguladores a atacar a todas las criptomonedas estables.
Según Mohammad Taher Khayami, COO de iTeller, los efectos en el mercado podrían ser notables incluso sin la caída de BUSD. La mera incertidumbre bastaría para que los usuarios dejaran de usar stablecoins alegremente, en parte debido a la preocupación de un posible colapso.