El token de Ripple sigue luchando contra las zancadillas de la SEC. La última acusación de la comisión estadounidense contra la empresa dirigida por Garlinghouse ha sido dolorosa: la cúpula de Ripple habría estado manipulando el precio del XRP desde 2013.
La SEC también asegura que en 2012 la empresa ya recibió avisos que se referían al XRP como un valor. Según la acusación, el equipo directivo de Ripple decidió ignorar la advertencia y lucrarse con la venta de más de 14 mil millones de XRPs, (una suma total aproximada de 1.4 mil millones de dólares).
Pero el precio del XRP no se deja afectar ya por estas noticias, (al menos hasta que la SEC tome una decisión firme sobre el token). De momento, su precio sigue recuperándose. Ciertamente, es una subida lenta, poco inclinada e insegura; pero se trata de una tímida tendencia alcista, al fin y al cabo, que llevamos viendo desde comienzos de febrero.
El token de Ripple ha llegado a revalorizarse un 15% el día de hoy, aunque se ha retraído en las últimas 24 horas hasta arrojar unas ganancias diez puntos por debajo. El pico en la cotización parece deberse al registro de Ripple Labs como empresa en el estado de Wyoming.
El tuit de Caitlin Long, CEO de Avanti Bank & Trust, muestra una captura del registro sobre el que ha dejado un comentario claro en relación a los efectos que las regulaciones excesivas tienen sobre el criptoespacio.
Para Long, Ripple es una de tantas empresas del sector que se están ”mudando” a Wyoming debido a su flexibilidad legislativa en lo que respecta al criptomercado. Por supuesto, el hecho de que las criptoempresas no paguen impuestos por la tenencia o compraventa de criptos es un reclamo difícil de ignorar.
La senadora Cynthia Lummis, también ha puesto su granito de arena en la generación de este entorno tan amigable para las empresas del sector. Entre otras cosas, Lummis ha hecho declaraciones bastante positivas desde el punto de vista legislativo, sobre todo en relación a la importancia que van a tener las criptomonedas en las finanzas.
De momento, Ripple seguirá teniendo su centro de operaciones en San Francisco, aunque Garlinghouse ya ha dejado caer que en alguna entrevista que no está nada contento con el trato regulatorio que está teniendo su compañía (y el criptoespacio en general), no solo en el estado californiano, sino en todo el país.
Puede que Ripple termine llevando su sede a Wyoming, al menos teniendo en cuenta la buena sintonía de las autoridades del estado con otras empresas del sector. Tenemos el ejemplo de Kraken, que cuenta con el permiso para funcionar como una suerte de entidad bancaria con criptomonedas. También podemos mencionar el caso de la compañía de custodia de criptos dirigida por Long (Avanti).
Seguramente, la senadora Lummis no tarde en invitar a Garlinghouse para que lleve la sede de su compañía a Wyoming, similar a la reciente propuesta que le hizo a Elon Musk cuando Tesla compró bitcoins por valor de 1500 millones de dólares.
