El equipo directivo de Ripple sigue buscando formas de apagar el incendio desatado por la demanda de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). El infierno que está sufriendo la compañía (por no mencionar los clientes e inversores vinculados al token de Ripple) sigue ardiendo, y no parece que las llamas vayan a extinguirse pronto.
Puede que la última estrategia de Larsen y Garlinghouse tenga efecto: han presentado una moción para desestimar la demanda de la SEC. Se trata de un documento judicial que pretende hacer las veces de cortafuegos. La cuestión es si la carta enviada esta semana bajará la temperatura del caso.
La misiva judicial presentada por los abogados de Garlinghouse y Larsen está repleta de argumentos que intentan refutar las acusaciones de la SEC. Por su parte, el fundador de Ripple niega rotundamente que haya llevado a cabo acciones financieras de forma imprudente.
Está “imprudencia” a la que se refiere la SEC tiene que ver con la definición que la comisión lleva meses haciendo del token: es un valor. Para Larsen, obviamente, no lo es, por lo que no opina que haya violado la Ley de Valores conscientemente.
El documento incluye hechos concretos, como la clasificación del XRP como divisa en 2015 por parte del Departamento del Tesoro y del Departamento de Justicia. Por supuesto, esta línea argumental le sirve a Larsen para cuestionar las razones que llevan a la SEC a definir al XRP como valor de forma tan feroz.
Brad Garlinghouse. Fuente: Fortune
El CEO de Ripple se ha sumado a la moción de Larsen presentando de forma individual un documento firmado por su propio abogado, Matthew Solomon. Son diversos los argumentos que aporta la carta de Garlinghouse para desestimar el caso.
Recuerda, repitiendo el argumento de Larsen, que la sección de crímenes financieros del Departamento del Tesoro estadounidense definió al token de Ripple como divisa digital.
Del mismo modo, recuerda que en ningún momento ha vendido XRP de forma fraudulenta. No se trata solo de considerar el token como un valor o una moneda; sencillamente, la venta del token se encontraba entre sus tareas como CEO.
Desde la interposición de la demanda contra la directiva de Ripple a finales de 2020, Larsen y Garlinghouse no han parado de arremeter contra la SEC. Esta moción es un intento más para hacer frente a las acusaciones de la comisión: manipular el precio del token y estafar a los inversores.
Hasta que tenga lugar el juicio (y a falta de un acuerdo previo que ninguna de las partes está dispuesta a proponer), está será probablemente la forma en la que Larsen y Garlinghouse harán su particular guerra de guerrillas contra lo que estiman una “regulación desproporcionada” y un “ataque contra el criptoespacio”.
