La fintech MONEI pretende realizar una prueba piloto con el token EURM, la versión digital del euro físico. Si el Banco de España da el visto bueno, un grupo de 500 usuarios (empresas y particulares) podrá realizar operaciones con 10 EURM.
La solicitud de MONEI está siendo valorada por la entidad central española dentro del marco legislativo de prueba actual, conocido como sandbox. De darse el visto bueno (que MONEI espera sea para comienzos de 2022), se emitirán hasta 5000 tokens.
Álex Saiz, CEO de MONEI, afirma que los EURM estarán respaldados por euros fíat. Se custodiarán en entidades relevantes del sistema financiero español, tales como Banco Santander, CaixaBank o BBVA.
Para la compra de bonos verdes del Tesoro, Saiz asegura que la liquidez procederá de los fondos de MONEI. En teoría, si un usuario aporta 10 EURM, la fintech española se encargaría de poner los 10 euros físicos de respaldo.
Según el CEO de MONEI, esto aporta una “doble garantía de la devolución de los euros en cualquier momento, y en una cuenta bancaria estándar.” El servicio propuesto por MONEI incluye además el envío, recibo y el pago con estos euros digitales basados en la red ETH 2.0.
Para Saiz, este acercamiento de la tecnología blockchain a la economía cotidiana es beneficioso en muchos sentidos. Acelera las operaciones, les aporta seguridad y son mucho más baratas. También apunta las ventajas de usar euros digitales en relación a cuestiones como la inflación y la huella de carbono.
En este sentido, el CEO de MONEI, con el modelo PoS se consigue una eficiencia energética mayor que en otros sistemas, como el del BTC. Resumiendo, con los EURM se consumiría mucha menos energía.
España, junto a otros países de LATAM, se está convirtiendo en un referente en la aplicación de la tecnología blockchain en la economía. Tenemos el ejemplo de Vottun, que recibió una cuantiosa subvención de la fundación de Stellar para desarrollar su sistema de pagos.
Vottun es una de las fintech que está marcando el camino a las nuevas empresas tecnológicas dentro del sector financiero español. Lo está haciendo, no solo gracias a las subvenciones de compañías potentes como Stellar, sino al seguimiento a rajatabla del sandbox español.