Ruja Ignatova. Source: Trud
Ruja Ignatova, conocida como CryptoQueen podría haber sido víctima de un brutal asesinato en noviembre de 2018. La fundadora de OneCoin, que terminó siendo una estafa, fue localizada con vida por última vez en Grecia, en 2017.
Según fuentes búlgaras, ciertos informes policiales revelan que Ignatova podría haber sido asesinada hace cuatro años por un sicario a las órdenes de un narcotraficante. La información disponible señala que Ignatova podría haber sido descuartizada y arrojada al mar Jónico.
El narco en cuestión está considerado uno de los principales actores del Este europeo en materia de tráfico de drogas. Se desconoce su actual ubicación, pero controla parte del mercado ilegal de estupefacientes de forma remota. Las autoridades locales creen que el supuesto asesinato de Ignatova podría deberse a alguna conexión del narcotraficante con OneCoin.
Esta versión no se ha confirmado, por lo que los rumores siguen esparciéndose por las redes. La contrateoría es que Ignatova se esconde en algún velero de lujo en aguas del Mediterráneo. ¿Podría haber fingido su asesinato para despistar al FBI? Es otro rumor, ya que se encuentra en la lista de fugitivos más buscados del servicio de inteligencia estadounidense.
De seguir con vida, Ignatova tendría muchas razones para encontrarse en aguas internacionales. De esta forma, evitaría su detención por el fraude cometido entre 2014 y 2016, que costó unos 4000 millones de dólares a sus víctimas.
Viva o muerta, Ignatova no ha pisado la cárcel. Quien sí lo hará es su expareja, Gilbert Armenta, que fue sentenciado por blanqueo de capitales recientemente. El juzgado neoyorquino del distrito sur enviará a Armenta a prisión durante cinco años por lavar 300 millones de dólares vinculados a OneCoin.
Entre otras cosas, se acusa a Armenta de usar parte de los fondos sustraídos a los usuarios para realizar compras de lujo, incluyendo la adquisición de un jet, que posteriormente vendió para huir, no sin antes romper un trato con la Justicia estadounidense y sobornar a entidades mexicanas con el dinero robado.