Los mixers de Bitcoin son muy útiles a la hora de realizar transacciones anónimas y privadas, pero también se pueden usar para delinquir.
Es el caso del antiguo empleado de Microsoft que ha robado 10 millones de dólares en bitcoins recurriendo a los mixers. Se trata de un robo que le costará hasta nueve años de prisión, según la sentencia de las autoridades judiciales de Seattle.
Un ingeniero informático de apenas 26 años ha robado 10 millones de dólares usando las cuentas de diversos empleados de Microsoft, compañía donde estuvo trabajando desde agosto de 2016 hasta junio de 2018 (cuando fue despedido por sus actividades ilícitas).
Se trata de Volodymyr Kvashuk, un joven ucraniano que se enfrenta a nueve años de prisión en Estados Unidos bajo la lupa del sistema penitenciario de Seattle. La corte le ha encontrado culpable de 18 cargos diferentes, todos relacionados con el robo de activos digitales.
En principio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos propuso una condena mucho más dura: 20 años de prisión; pero, finalmente, la sentencia redujo la pena a la mitad.
Kvashuk comenzó con pequeños robos, aprovechando su puesto en Microsoft. Cuando se conformaba con pequeñas cantidades, su objetivo eran tarjetas digitales. De ahí pasó a cantidades de hasta 12 000 USD, que se agenciaba a través de su propia cuenta.
Cuando su codicia pasó a mayores, comenzó a usar las cuentas de sus compañeros de trabajo para robar millones de dólares en bitcoins. Millones que luego dirigía a su cuenta personal recurriendo a mixers para mantenerse en el anonimato mientras culpaba indirectamente a sus propios colegas de oficina.
De nada le sirvieron sus artimañas; al final, tal y como indica el fiscal del caso, lo descubrieron “haciendo uso de habilidades tecnológicas sofisticadas”.
El Departamento de Justicia señala en su informe que Kvashuk usó los millones robados para “vivir como un millonario”. Entre otras cosas, compró una casa a la orilla de un lago valorada en 1.6 millones de dólares y un Tesla de 160 000 USD.
Para las autoridades estadounidenses, Kvashuk solo pretendía cumplir sus sueños de millonario sin responsabilizarse por sus acciones delictivas. De hecho, durante el juicio, comenzó a eludir la realidad. Su testificación estuvo llena “mentiras indignantes” y “no parecía que se arrepintiera de sus crímenes”.
