Mike Novogratz tiene un par de cosas claras respecto a Dogecoin: se trata de la shitcoin más transparente y una suerte de reserva de valor para los jóvenes que están hartos del sistema financiero tradicional.
Según el CEO de Galaxy Digital, la muchachada está usando el DOGE para hacerle un corte de mangas al sistema. Pero, ojo, que la peineta se le puede volver en su contra si la especulación campando a sus anchas.
Dogecoin sigue disputándose el cuarto lugar de las criptos con mayor capitalización de mercado con el token de Ripple. A 6 de mayo, se resiste a perder la línea de los 0.60 USD, tras una semana de recuperación estratosférica.
La cotización parece haberse calmado tras el subidón de estos últimos días, pero Novogratz recuerda que la extrema volatilidad del perrito de Billy Markus puede generar pérdidas millonarias en un abrir y cerrar de ojos.
No le falta razón, aunque quizá deberíamos tener en cuenta también los posibles tuits que Musk pueda publicar. A estas alturas, pocos cuestionan el peso que la cuenta de Twitter del CEO de Tesla está teniendo en el rally del DOGE.
Cada vez que Musk tuitea, sube el precio. Lo hizo en su momento con el BTC, pero el surrealismo ha alcanzado límites insospechados con Dogecoin. Solo Musk puede reírse de sí mismo en un tuit, autoproclamándose Dogefather, y provocar una compra masiva a nivel mundial.
A Novogratz no parece interesarle mucho el rally de Dogecoin. Más bien, lo ve como una pompa de jabón a punto de explotar. De hecho, ha llegado a comparar la situación del DOGE y su futuro cercano con la historia de GameStop.
Para el CEO de Galaxy Digital, Dogecoin es otro meme más: un activo usado por grupos de jóvenes que no creen en el sistema, y que están dispuestos a exponer públicamente el sinsentido de los mercados.
Ciertamente, algo no encaja. Dogecoin es un proyecto sin fundamento, nacido como una broma, sin pretensiones en términos de innovación tecnológica y con poca o nula proyección económica (al menos, antes del rally actual).
Ni siquiera el fundador de Dogecoin pensó que su idea podría terminar cuajando: vendió todos sus tokens por el precio de un Honda Civic de segunda mano. ¿Tendrá razón Novogratz?, ¿el poder mediático y la sumisión de las masas puede darle valor a cualquier cosa?
Podría ser. Al fin y al cabo, los sistemas monetarios se levantan gracias a este consenso social y esta presión mediática… aunque también se tumban de la misma forma. Así que, en lo que al DOGE se refiere, solo nos queda decir: “cuidado con el perro”.