La batalla contra el criptomercado en Estados Unidos no responde a un odio irracional hacia los activos digitales. En realidad, a los defensores del mainstream financiero les gusta Bitcoin; bueno, en realidad les agrada la tecnología que sustenta a la divisa de Nakamoto.
Un buen ejemplo son las propuestas alternativas al BTC y otras criptomonedas. Las CBDC están sobre la mesa, aunque hay gobernadores que ya están mostrando su rechazo contra esta herramienta, principalmente por motivos de privacidad y libertad. Otro tipo de propuestas incluyen el lanzamiento de criptos vinculadas a activos reales.
Los legisladores de Texas entienden que una CBDC se puede manipular tanto o más que el dólar actual. Quizá por eso han propuesta el desarrollo de un activo digital emparejado con el oro. Esta suerte de stablecoin ya existe, como es el caso del “oro de Tether”.
La propuesta se ha formalizado a través de dos textos legales, uno presentado por el senador Bryan Hughes y otro redactado por el equipo del diputado Mark Dorazio. De aprobarse, sería la primera ley que da luz verde a una divisa estatal independiente de la Fed, dejando el dólar a un lado para volver a confiar en el oro como respaldo.
Medio siglo después del Nixon shock, parece que el patrón popularizado por Hume vuelve a estar de moda. En su proyecto de ley, el senador Hughes propone que el contralor texano cree el activo en cuestión, que representará una fracción de una onza troy:
“El contralor establecerá una moneda digital respaldada por el oro, representando cada unidad de la moneda digital emitida una fracción de una onza troy de oro en fideicomiso”.
El texto delega en el contralor otras tareas. Una de ellas es el establecimiento de un medio de transferencia óptimo compatible con cualquier sistema de pago. También se estipula en el texto legal que el contralor actúe como fideicomisario en nombre de los propietarios, obligándole a mantener un volumen de oro suficiente que permita la convertibilidad de todas las unidades.
Este detalle implica que el contralor adquiera la cantidad fraccionaria de oro equivalente a las unidades compradas (en principio, ilimitadas). Los legisladores exponen este respaldo absoluto con oro como una forma de evitar la manipulación de la liquidez de la criptomoneda:
“[El contralor debería] comprar una cantidad de fracciones de onzas troy de oro equivalente al número de unidades adquiridas, y emitir a los compradores un número de unidades igual al volumen de oro que el contralor adquiera con el dinero aportado por los compradores”.
El respaldo 100% con oro permite además que los propietarios de la criptomoneda puedan cambiar sus activos en cualquier momento a través de diversos agentes, los cuales deberán ser designados por el contralor:
“El contralor, o alguien contratado por él, o alguien que actúe como fideicomisario para el propósito de este capítulo, puede gestionar el intercambio de la moneda digital por barras o monedas de oro de tamaños estándar, pudiendo pagar los restos fraccionarios en efectivo si fuera necesario para agilizar la transacción”.