Estados Unidos y los miembros de la eurozona han encontrado en Japón un aliado más en su batalla económica contra Rusia. Las autoridades financieras niponas pretenden evitar que Rusia se salte las sanciones económicas usando criptos.
La estrategia, definida tras la última reunión del G7 en Bruselas, es compleja. Implica una serie de cambios en el actual marco legal del país asiático; principalmente, para que la Administración de Putin no aproveche ciertos atajos.
El cambio afectará fundamentalmente a la Foreign Exchange and Foreign Trade Act (FEFTA). La enmienda al texto ha sido anunciada por Fumio Kishida. El primer ministro japonés pretende que los cambios se realicen con celeridad, permitiendo así una mayor coordinación con sus aliados.
Para Kishida, el objetivo es que las sanciones económicas tengan efecto: asegurar que las autoridades rusas no usen activos digitales para combatirlas. La propuesta del primer ministro nipón está siendo valorada en el parlamento.
Aunque no se sabe mucho sobre el contenido de la enmienda de la FEFTA, parece que se aprobará. Uno de los cambios permitirá al Gobierno presionar a las entidades financieras y las empresas relacionadas con el criptoespacio.
De aprobarse la enmienda, Kishida podría prácticamente exigir un análisis estricto de las operaciones ligadas a los objetivos de las sanciones. De hecho, ya lo están haciendo, como ha ocurrido con la treintena de exchanges interpelados por el Gobierno japonés.
Las autoridades niponas pidieron a estas plataformas que cesarán de ofrecer servicios y productos a diversos usuarios rusos. Además, congelaron los criptofondos de un centenar de individuos y organizaciones relacionados con los objetivos antes mencionados.
Las autoridades japonesas ponen sobre la mesa una cuestión ya manida. ¿Se puede controlar el uso de criptoactivos? Tras el baneo de las entidades rusas del sistema SWIFT, esta duda se ha planteado seriamente.
Si las autoridades y los empresarios rusos pueden eludir las sanciones económicas usando activos digitales, se antoja necesario cierto control. ¿Es eso posible? En parte, sí; al menos, a través de los exchanges y las entidades. Pero ¿y si los objetivos de las sanciones usan plataformas P2P y exchanges rusos centralizados?
Todo se complica. Para los reguladores japoneses (tales como la JVCA y la FSA), hay que empezar controlando el flujo de activos digitales hacia Rusia desde entidades y compañías extranjeras. Nada nuevo: más control para ofrecer “más seguridad” o castigar a “los enemigos de la democracia”.