La crisis del sector bancario a ambos lados del Atlántico preocupa a Jamie Dimon. El CEO de JPMorgan cree que la debilidad de los bancos pondrá en peligro la salud financiera internacional, aumentando el riesgo de recesión este año.
La recesión a la que hace referencia Dimon lleva sobre la mesa desde 2022. Los analistas llevan meses avisando sobre una ralentización económica mundial de proporciones históricas. La recesión parece inevitable. La pregunta que formulan los expertos es cuál será el detonante.
Si la debilidad de los bancos no terminan provocando la recesión. ¿Lo hará alguna materia prima como el petróleo? ¿Podría ser el sector inmobiliario de nuevo? ¿Serán las criptomonedas (como sugieren los actores del mainstream financiero)? Dimon apuesta por el colapso bancario como punto de inflexión de cara a una recesión.
El FMI también sugiere que los “bancos en la sombra” y las entidades seudobancaria que, según a organización, ponen en peligro la estabilidad financiera, serán las culpables de la recesión. Más allá de cuál sea el detonante, Dimon advierte que la próxima crisis no será como la de 2008, pero que se dejará notar durante mucho tiempo:
“La crisis actual no ha terminado todavía y tendrá repercusiones durante años, pero es importante destacar que los últimos acontecimientos no tienen nada que ver con lo ocurrido durante la crisis financiera mundial de 2008 (que apenas afectó a los bancos regionales)”.
La previsión de Dimon añade un toque de incertidumbre que molesta a los maximalistas de Bitcoin. Según el CEO de JPMorgan, la divisa de Nakamoto podría moverse en cualquier dirección si la recesión termina surgiendo. Ambos escenarios son factibles para Dimon: una caída del precio hasta que tenga lugar un cambio de ciclo o una subida que dé alas al BTC.
Una recesión en 2023 podría acabar con el ansiado rally, no solo de Bitcoin, sino del criptomercado en general. La contracción mundial de la economía puede tener un efecto disuasorio que aleje a los inversores del sector de los activos digitales. Esto implica la posibilidad de una prolongación del criptoinvierno.
Por otra parte, la consideración de Bitcoin como un refugio de valor podría motivar un reforzamiento del activo. Si se instala la idea de que el BTC es seguro, además de resistente a las tempestades de las TradFi, podríamos ver un resurgir del precio, e incluso el “inicio de una nueva era” para la divisa de Nakamoto, tal y como asegura Scaramucci.