La compra de Afterpay por parte de Square ya es oficial. La compañía de Dorsey ha invertido 29k millones de dólares en la adquisición de la plataforma de pagos australiana. Y, sí, admitirá bitcoins.
El CEO de Twitter intenta así fomentar el uso del BTC en la compra online de productos y servicios. Seguramente, esta maniobra forma parte de su estrategia para democratizar el uso de las criptos en la economía global.
En la “B Word Conference” del mes pasado, ya nos dejó claro que ve un futuro donde el BTC esté mejorando la vida de las personas. De momento, va abrir parte del mercado a los usuarios de Afterpay, que ya opera en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia.
Square y Afterpay han llegado un acuerdo que terminará materializándose a comienzos de 2022 si todo va bien. Parece que todavía quedan por cerrar algunas cuestiones menores, pero todo apunta a que la operación se cerrará durante el primer trimestre del año que viene.
Lo que ya está claro es que los usuarios de Afterpay podrán usar sus bitcoins para realizar pagos a través de la plataforma. Se trata de una buena noticia para los usuarios, pero es una excelente oportunidad para los comerciantes que acepten bitcoins, ya que podrán hacer uso del sistema BNPL.
Esta opción permite a los compradores pagar en diferido (BNPL: Buy Now, Pay Later), algo que la mayoría de usuarios de Afterpay y otras plataformas móviles de pago ya conocen, pero usando principalmente dólares y euros.
Estamos hablando de unos siete millones de clientes que podrán pagar sus compras con Bitcoin, además de realizar transferencias de dinero, efectuar la compraventa de acciones y una larga lista de servicios y productos que ofrece la plataforma.
Dorsey no podría estar más contento con la adquisición. Según sus propias palabras, la colaboración entre Afterpay y Square persigue la creación de un sistema financiero más justo, inclusivo y accesible.
Juntos, asegura el CEO de Twitter, podrán ofrecer productos y servicios mucho más atractivos a comerciantes y consumidores, dándoles el control relativo del ecosistema. En cierta forma, se trata de empoderar a los actores principales del mercado, no a los propietarios de los recursos y los medios.
Suena demasiado idílico, pero habrá que confiar en las intenciones de Dorsey y otros peces gordos del criptoespacio. Al menos, si pretendemos que el futuro de la economía sea algo más democrático a través de las criptos. ¿Será eso posible?