Bitcoin sigue sin cuajar en la India. De nuevo, la divisa de Nakamoto se enfrenta a una prohibición institucional; a pesar de que la corte suprema india revocara en su momento el veto de dos años impuesto al BTC.
Los medios indios se hacían eco ayer de la propuesta lanzada por el ministerio de finanzas del país. De momento, la prohibición está en el aire. Una vez el borrador llegue al parlamento, la cámara deberá decidir si se aprueba el nuevo veto al BTC.
De implementarse la nueva ley, el uso de las criptomonedas (especialmente Bitcoin) podría estar totalmente prohibido en la India. Al menos, eso se desprende del borrador actual, bastante similar a la ley de julio de 2019, un texto significativamente duro con los inversores y traders del entorno cripto.
Las penas que se barajan alcanzan los tres millones de dólares de multa y los diez años de prisión para todo el que se atreva a operar con criptomonedas. Para Amit Maheshwari, miembro de AKM Global, se trata de una ley inasumible: “ilegalizaría la tenencia, la compraventa, la transferencia, el minado o cualquier uso de las criptomonedas; si se aprobara tal cual, diezmaría el sector cripto en la India”.
En marzo de 2020, CryptoPotato publicó una noticia de gran interés: la corte suprema de la India levantaba el veto de dos años impuesto a los activos digitales. De esta forma, el banco central indio perdía la guerra contra el BTC y demás criptos.
Al parecer, el fallo fue relativamente positivo para la economía del país, que se vio fortalecida poco después gracias a las inversiones de compañías del sector, así como por la aparición de exchanges.
Por otra parte, la demanda de criptos y el volumen de trading se disparó poco después de revocarse la prohibición. Solo hay que echar un vistazo a las gráficas de CoinDance para comprobar que las operaciones con activos digitales ganan en popularidad.
Ante estos datos, extraña bastante que las autoridades financieras de la India estén pensando en prohibir los activos digitales otra vez.
Las consecuencias de un nuevo veto al BTC y otras criptomonedas podría tener un efecto mucho más devastador en 2020, ya que ha aumentado considerablemente el número de empresarios, traders e inversores locales que han comenzado a operar con criptos.
