Gensler ha aprovechado la última audiencia del FSC para pedir más financiación para la SEC. El motivo: acabar con el “salvaje Oeste” de las criptomonedas. El presidente de la comisión de valores estadounidense quiere más recursos para, como él mismo ha dicho, combatir las “malas prácticas”.
En vista de los avances tecnológicos, Gensler ha incluido en su discurso la necesidad de recibir más dinero público para estar a la altura de los “malos actores”:
“Hemos visto el salvaje Oeste del criptomercado expandirse sin asumir responsabilidades, permitiendo a los inversores exponiendo su dinero, ganado con esfuerzo, a unos activos altamente especulativos”.
Gensler se define como un “poli de patrulla”, posicionándose como un agente que hace cumplir la ley, no un simple regulador. Parece que el presidente de la SEC quiere convertirse en el sheriff de ese lejano Oeste que tanto le preocupa, un territorio que podría ir más allá del criptomercado:
“Las rápidas innovaciones tecnológicas en los mercados financieros han fomentado las malas prácticas en áreas emergentes, no solo en el criptoespacio”.
Si Gensler pretende amenazar con su patrulla al conjunto del sistema financiero, ciertamente va a necesitar más recursos. El presupuesto propuesto para 2024 incluye la financiación de 170 nuevos puestos, así como los salarios asociados a las vacantes cubiertas en 2023: en total, 5139 trabajadores a tiempo completo.
El presidente de la SEC justifica el aumento presupuestario aportando datos sobre el supuesto incremento de denuncias por parte de los usuarios. Gensler asegura que la mitad de la plantilla de la SEC está dedicada a casos gestionados por la Division of Enforcement y la Division of Examinations.
Según Gensler, ambas secciones de la comisión recibieron en 2022 más de 35 000 peticiones entre quejas, denuncias y otros documentos. Además, destaca que la SEC gestionó 750 ejecuciones de cumplimiento el mismo año, traducidas en 6400 millones de dólares en sanciones.
Es justo esta presión la que sirve de argumento para los críticos con la SEC a la hora de denunciar su estrategia de regulación. En general, la comunidad se queja de la agresividad de la comisión, bastante contraproducente, según muchas personalidades del criptoespacio, e incluso miembros de la propia agencia.