Las vacaciones de semana santa le están sentando bien al criptomercado, sobre todo a las principales criptos. El BTC y el ETH burbujean muy cerca de sus respectivos máximos históricos, con unos porcentajes de revalorización semanal más que aceptables.
Destacan las ganancias de Ethereum en los últimos siete días. Frente al 15% del BTC, el ETH muestra un 28% que puede seguir inflándose en las próximas horas. Cuando queda media jornada por delante, su cotización se encuentra apenas a 12 dólares del máximo histórico del 20 de febrero (según la información disponible en CoinGecko).
Sin duda, se trata de un comportamiento ejemplar que los analistas asocian a la intervención directa de los inversores institucionales. Es bastante probable que, tal y como indican los expertos, haya dinero institucional detrás de esta recuperación repentina del ETH.
Ciertamente, Ethereum lleva días superando a la divisa de Nakamoto en lo que a retorno se refiere. Es bastante probable que hoy veamos una quinta vela verde en las gráficas diarias, acompañadas de una revalorización intradía superior al 6%. Sí, seguramente haya chaquetas y corbatas tras el rally del ETH.
Tras apenas cinco semanas de corrección y recuperación, el precio del ETH vuelve a superar el nivel de los 2000 dólares por unidad. Ya hemos comentado que los analistas explican este comportamiento como una respuesta al flujo de dinero institucional.
Uno de los expertos que comparte esta teoría es Ki Young Ju. Según el CEO de Crypto Quant, hace unos días se movieron 400k ETH desde una cuenta de Coinbase. Para Young Ju, se trata de un movimiento especulativo: “los inversores institucionales están comprando”.
Por otra parte, al igual que está pasando con el BTC, la migración masiva de tokens de la red Ethereum desde exchanges a wallets “en frío” o carteras institucionales (como las que lleva Grayscale) indica que hay un sentimiento alcista a medio y largo plazo.
Con este escenario de fondo, es bastante improbable que se produzca una venta masiva. De hecho, lo más probable es que el precio siga alcanzando nuevos máximos históricos durante la primavera de 2021; al menos, hasta que los inversores institucionales muevan ficha.