En octubre de 2021, Volodymyr Zelensky vetó el entonces proyecto de ley sobre activos digitales. El movimiento fue extraño, principalmente porque el parlamento ucraniano prácticamente había considerado que el texto era digno de aprobarse.
Apenas tres meses más tarde, el borrador rechazado por Zelensky ha pasado el filtro legislativo tras diversos cambios solicitados tras el veto presidencial. Han sido semanas de debate político condicionados por la tensión bélica que parece estar a punto de estallar.
Bloomberg ha confirmado la aprobación del proyecto de ley ucraniano para legalizar las criptos. Mykhaylo Fedorov, máximo representante del Ministerio de Transformación Digital, asegura que la nueva ley “sacará el sector de las sombras”.
Para el ministro, la ley es un paso más para que los exchanges puedan ofrecer sus servicios y productos dentro de la legalidad, y para que los usuarios puedan operar con mayor seguridad.
No menciona que el uso de activos digitales se presenta en estos momentos de tensión geopolítica entre Rusia y la UE-USA como una alternativa para proteger las finanzas de los ucranianos.
No se trata solo del efecto que tendrá el tema del suministro de gas o de las restricciones económicas que se puedan imponer por parte de Putin si finalmente decide adentrarse abiertamente en territorio ucraniano.
Hablamos de los criptoactivos como una herramienta de defensa para el pueblo ucraniano, e incluso un arma financiera para combatir los efectos colaterales en los bolsillos de la gente de a pie propios de las guerras modernas (derribo de divisas, juegos de poder económico, trabas comerciales, inflación, etc).
Sin duda, la adopción de las criptos en Ucrania es una buena noticia con la guerra llamando a las puertas del país. Era hora de aprobar una ley sobre activos digitales en un país que se encuentra en el top5 mundial en lo que a uso de criptoactivos se refiere.
Pero también es una excelente noticia para el criptoespacio en general. Es una muestra más de que las estructuras decimonónicas del mainstream financiero se están quedando obsoletas, y se pueden superar individualmente, colaborando con diversas comunidades afincadas en el ciberespacio.
Es una muestra de que los estados están perdiendo poder gracias al empoderamiento financiero de los ciudadanos. Solo hay que echar un vistazo a la situación que vive Canadá. A los usuarios de activos digitales, no les duele que Trudeau congele sus cuentas bancarias: son dueños directos de su dinero, son financieramente libres.