En el criptomercado retumban las trompetas del apocalipsis con el BTC pululando en torno al nivel de los 30k USD. La cotización ha vuelto a niveles vistos por primera vez en enero de 2021, acabando prácticamente con las esperanzas de los maximalistas.
Las altcoins han caído rodando siguiendo la estela del BTC. Muchas han “reseteado” sus precios, desandando todo el terreno conquistado en el rally de este año. Dogecoin es una de ellas, que ya ha perdido un 75% desde su último ATH.
Tras el batacazo del DOGE, los ánimos se han derrumbado. La cotización ha llegado a marcar los 0.16 USD durante la mañana, crispando los nervios de los inversores. Es normal: hace poco más de mes y medio, el perrito de Markus alcanzó los 0.73 USD.
Las pérdidas están enloqueciendo a los traders que todavía confían en ver el meme alcanzar el dólar por unidad. La esperanza que les queda es que Elon Musk levante el precio a golpe de tuit.
Algunos tenedores de DOGE están pidiendo literalmente ayuda al CEO de Tesla para que “empiece a hablar otra vez de Dogecoin”. No parece que Musk esté por la labor; ya ni siquiera le gusta el BTC.
El frenesí del segundo trimestre de 2021 se ha esfumado. La chispa se apagó. La burbuja se infló con los ads de marcas famosas, los mensajes de celebridades y, por supuesto, los tuits de Elon Musk.
La bola de nieve se derritió, y ni siquiera el “dogefather” podrá generar un nuevo efecto dominó. Con el BTC cayendo en picado, hay poco que hacer. Mucho menos cuando el DOGE comenzó a derrumbarse poco después de la aparición de Musk en televisión.
A la semana de salir en Saturday Night Live el meme había perdido la mitad de su valor tras el ATH de mayo. Hoy la jornada cierra con el DOGE cotizando a 0.18 USD, en el octavo puesto por capitalización de mercado (lejos del cuarto puesto que llegó a ostentar en mayo).
Cuando Dogecoin se disparó (y el BTC) gracias a los tuits de Musk, el amor por el CEO de Tesla inundó Twitter. Cuando el meme empezó a caer tras la broma de Musk, los inversores que le siguieron ciegamente comenzaron a criticar sus cambios de opinión.
Lo mismo ha pasado con el idilio venido a menos entre Tesla y Bitcoin. Los traders que no hicieron los deberes están sufriendo las consecuencias del FOMO y de las compras a destiempo. Quizá no podamos culpar a Musk, sino a la falta de vista de sus seguidores.
