Bukele se ha pasado días publicando tuits sobre el wallet de El Salvador, Chivo. Desde el martes, no ha parado de informar sobre el progreso de la app en Twitter, pidiendo a los salvadoreños que reportaran cualquier error.
También ha buscado hueco en su cuenta para retuitear las primeras operaciones realizadas en el país con bitcoins. Compras de donuts, desayunos o pasajes de avión ya se han realizado con BTC en El Salvador.
De momento, es solo un grano de arena en la economía salvadoreña. Es pronto para valorar la situación, aunque lo cierto es que el dólar sigue siendo la estrella del tejido financiero y comercial del país.
Puede que Bukele esperara una respuesta masiva del pueblo salvadoreño tras la adopción del BTC como moneda de curso legal. Es difícil romper con el pasado. Lo que sí ha tenido un recibimiento espectacular ha sido el wallet salvadoreño.
Chivo ha alcanzado el primer puesto en la App Store en apenas 8 horas, anunciaba orgulloso Bukele hace un par de días. El wallet se ha convertido en la aplicación financiera más descargada del store de Apple, pero ese no es su único punto fuerte.
Gracias al wallet y la nueva legislación, el mercado de las remesas en El Salvador cambia de manos. Según la CNBC, Wester Union perderá unos 400 millones de dólares anuales en comisiones. Un dinero que se ahorrarán los salvadoreños.
Según el gobierno de Bukele, las operaciones realizadas a través de Chivo no tienen comisión añadida. Ni siquiera las conversiones de USD a BTC, y viceversa. En cualquier caso, de aplicarse alguna comisión en el futuro, seguramente serán ínfimas en comparación con las tasas que imponen las entidades financieras para el envío de dólares.
De esto ya se había hablado antes de la legalización del BTC. A nadie se le escapa que las remesas suponen un buen pellizco del PIB salvadoreño. Si Bukele consigue que todas las remesas se realicen a través de Chivo, será su gobierno el que gestione ese flujo de capital.
El objetivo final de la reforma financiera de Bukele es el empoderamiento de los salvadoreños. Esa es, al menos, la teoría. Hará falta mucha formación e información para que la sociedad salvadoreña se adueñe de su economía.
Por otra parte, se antoja difícil ignorar que Chivo está vinculado a una red compuesta por entidades financieras y criptocajeros para realizar retiradas y depósitos. El wallet cuenta además con una opción para pagar salarios, facturas e impuestos a través de Chivo.
Suena idílico. Un sistema financiero nacional digitalizado al 100%, donde pagar y recibir dinero es fácil y rápido. Pero, oiga, todas las transacciones podrán ser monitorizadas por la Administración… Al final, nada sale gratis, aunque el coste añadido no se pague con dinero.