Cardano se ha recuperado de la caída de la madrugada del domingo, cuando el sistema colapsó entre los bloques 8300569 y 8300570. Rick McCracken ha asegurado que se debió a una “anomalía temporal” y que solo la mitad de los nodos se desconectaron y reiniciaron:
“La pasada noche, durante la anomalía en la red Cardano, no cayó toda la red. Tuvo lugar un breve periodo de degradación. La mayoría de los nodos afectados se han recuperado. No hizo falta reiniciar la red”.
El tuit de McCracken se publicó ayer. Antes de la caída, algunos desarrolladores habían avisado en GitHub sobre la ralentización de la producción de bloques. En Telegram, los ingenieros e investigadores de Cardano explicaron por qué se produjo el fallo:
“Parece que los nodos reaccionaron a una anomalía transitoria. Algunos se desconectaron de sus pares. Otros se reiniciaron. Esta anomalía (incluso si hubiera afectado a todos los nodos) estaba prevista en el diseño de Cardano. El sistema ha reaccionado tal y como era de esperar”.
El equipo de Cardano ha destacado que el impacto ha sido reducido y que solo afectó a la producción de bloques. Los nodos edge parecen funcionar con normalidad. La comunidad ha celebrado la pronta recuperación de la red sin la intervención de terceros.
La caída de Cardano no es un hecho aislado en el criptoespacio. Redes importantes como Solana han sufrido múltiples caídas el año pasado. La peor duró unas 24 horas. El efecto negativo en el protocolo ha sido significativo, sumándose al daño ocasionado por la bancarrota de FTX.
En noviembre, el precio de Solana se desplomó desde los 35 hasta los 15 dólares en cuestión de días. La exposición del ecosistema al exchange de SBF le pasó factura, más incluso que las caídas de la red.