Bittrex ya ha visto demasiadas barbas amenazadas por las tijeras de los reguladores estadounidenses. En lugar de poner a remojar las suyas y unir fuerzas con Kraken, Coinbase y Binance, ha preferido huir del país.
El exchange afincado en Seattle dejará de ofrecer sus servicios en Estados Unidos tras una década de actividad. Según el comunicado oficial, Bittrex no cierra, solo abandona a los clientes estadounidenses debido a la presión regulatoria. La plataforma seguirá operando como de costumbre para los clientes de Bittrex Global.
El equipo de Bittrex ha querido tranquilizar a los usuarios afectados, asegurando que sus fondos están a salvo, totalmente disponibles para su retirada mientras dure el proceso de liquidación de las operaciones.
Richie Lai señala a los reguladores estadounidenses por haber generado una sensación de inestabilidad enmarcada en un contexto totalmente arbitrario. Según el cofundador de Bittrex, las compañías del sector son las principales víctimas, sin importar su antigüedad:
“El criptoespacio ha cambiado mucho en nueve años. La regulación no está clara, y se impone su cumplimiento sin discusión alguna, lo que genera un marco de competitividad desigual”.
Lai entiende que “no es viable” operar en Estados Unidos. Por esta razón, el equipo directivo del exchange ha puesto fecha para el cese de las actividades en el país: el 30 de abril. Ese es el plazo para que los usuarios estadounidenses cierren sus posiciones y retiren sus fondos:
“Todos los fondos están seguros, listos para su retirada (para los usuarios que cumplan con los requisitos del KYC). Permitiremos la operativa hasta el 14 de abril de 2023, debiéndose retirar todos los fondos antes del 30 de abril de 2023”.
Las autoridades estadounidenses parecen compartir cada vez más con las chinas su animadversión hacia las criptomonedas. La presión regulatoria en Estados Unidos ha aumentado significativamente en los últimos meses. Gigantes como Binance, Kraken y Coinbase han sido atacados por los reguladores en mayor o menor grado.
La SEC lleva la voz cantante en esta estrategia de acoso y derribo. En la mayoría de los casos, las compañías han preferido acceder a al chantaje institucional para evitar multas y demandas. Nadie quiere verse inmerso en un interminable y costoso proceso judicial como el de Ripple.
La comunidad no entiende la postura de los reguladores. ¿Por qué la SEC prefiere regular a golpe de demanda en lugar de trabajar con las compañías del sector? Es una cuestión que incluso se plantean algunos miembros de la agencia. En este sentido, Daniel Seifert, directivo de Coinbase, cree que los reguladores “han dejado un vacío que otros países desean llenar”.