Jay Mazini sería un instagramer más si no hubiera comenzado a regalar dinero de forma aleatoria. Dar dinero a extraños le convirtió en un influencer popular, una popularidad que se ha visto empañada tras conocerse su involucración en una estafa de Bitcoin valorada en 2.5 millones de dólares.
Jegara Igbara (que así se llama en realidad Mazini) puede decirle adiós a sus followers en redes sociales, a sus patrocinadores e incluso a su vida en libertad. Según una publicación del ministerio de Justicia estadounidense, Igbara se enfrenta a una pena de prisión de 20 años.
De Regalar Dinero A Estafar Millones De Dólares
Aquellos días en los que Mazini regalaba dinero a extraños se antojan ahora una anécdota; quizá, una estrategia para alcanzar un objetivo mayor. Igbara se grababa en restaurantes y supermercados dando cantidades de dinero más o menos llamativas.
En ocasiones, llegó a dar montantes considerables, como se puede ver en el vídeo tuiteado por el rapero 50cent o en este tuit donde el cantante de reguetón Nicky Jam colabora “dando un poco de amor” (como diría Curtis James Jackson III).
Ese amor, lejos de ser desinteresado, a resultado ser un truco para llamar la atención de sus followers. Tras dejar un rastro de vídeos en redes regalando fajos de hasta 10k USD, el influencer comenzó a usar sus stories de Instagram para comprar bitcoins a mayor precio del indicado en las gráficas.
Concretamente, Mazini se ofreció para comprar bitcoins un 5% por encima del valor de mercado. Teniendo en cuenta la afición de Igbara por regalar dinero, podría tratarse de otra forma de darlo. Si te compran criptos (o cualquier activo) a un precio sensiblemente superior a la cotización de mercado, te estarían regalando dinero.
En teoría, sí. En realidad, no… porque Mazini no tenía intención de enviar ni un solo dólar a los vendedores. El hecho de que no usara plataformas P2P para realizar las transacciones, debería haber despertado sospechas. Pero, claro, si alguien regala dólares a mansalva sin pedir nada a cambio, ¿quién iba a desconfiar?
Cualquier persona con un mínimo de sana suspicacia habría preguntado a Igbara por qué no usaba cualquier otro medio para comprar bitcoins, algunos expresamente pensados para el tipo de transacción que él proponía en su cuenta de Instagram. Muchos de sus seguidores no dudaron de Mazini, de ese personaje supuestamente altruista.
Igbara contactó con ellos a través de su cuenta de IG, pidiendo que enviaran los bitcoins a su wallet personal. Tras el envío de los bitcoins, Mazini generó documentos falsos para certificar el envío de los dólares a los vendedores; unos dólares que no llegaron a su destino porque nunca salieron del bolsillo de Igbara.