Islandia lleva años trabajando para convertirse en un referente mundial dentro del sector del minado de criptomonedas. Las fuentes de energía geotérmica disponibles en la isla permiten al país nórdico ofrecer a los mineros recursos energéticos a un precio competitivo, reduciendo significativamente los costes de mantenimiento.
Junto con Noruega, Islandia es uno de los principales productores mundiales de energía, circunstancia que ha permitido el desarrollo de un contexto favorable para el minado de Bitcoin. Según Jaran Mellerud, investigador especializado en minería de criptomonedas, el crecimiento del sector ha favorecido el desarrollo de actividades empresariales centradas en la minería.
¿Por Qué Islandia?
Los mineros prefieren Islandia. Se estima que la minería en territorio islandés consume cerca de 120 MW, el equivalente a un 1.3% del hashrate global. Teniendo en cuenta que el país cuenta con una población aproximada de 370k habitantes, se trata de la mayor proporción de hash per cápita del mundo.
¿Por qué se mina tanto en Islandia? La electricidad barata es una de las razones, pero hay otros países que ofrecen energía a bajo coste, también en el norte de Europa (como es el caso de Noruega o Suecia). Debe haber otra razón que explique la preferencia de los mineros por Islandia.
Según Mellerud, una buena explicación reside en la infraestructura del sistema energético islandés, totalmente separado del resto del mundo. El aislamiento del sistema es una variable que protege la actividad de los mineros de las fluctuaciones del precio debido, por ejemplo, a procesos inflacionarios.
Hablamos de una estructura que no cuenta con ninguna conexión con los sistemas continentales. La totalidad de la producción energética en Islandia depende de las fuentes locales, prácticamente renovables en su totalidad. La dependencia del crudo es nula, lo que supone otra medida de prevención frente a fluctuaciones del precio.
Contratos de Larga Duración
Existe otro factor más que explica la preferencia por el país islandés: los contratos de larga duración. Los mineros llevan una década trabajando en suelo islandés gracias a los acuerdos a largo plazo con precios prefijados. Se trata, pues, de una medida más de prevención ante posibles cambios en el precio de la electricidad.
De hecho, estos contratos resultan especialmente útiles actualmente. La oferta de electricidad en la isla comenzó a caer hace unos años. De momento, no hay planes para ampliar el número de centrales energéticas. Como resultado, la apertura de nuevos centros de procesamiento de datos comienza a ser prohibitiva.
Los centros que se benefician de los contratos a largo plazo a precios fijos seguirán disfrutando de electricidad barata. Islandia sigue siendo el país más rico en términos energéticos, y la isla cuenta con suficientes fuentes de energía geotérmicas para mantener los costes de producción a niveles bajos.